El mundo del whisky es alucinante; quizás sea por su historia, por su proceso de elaboración, por sus diversos orígenes o simplemente por la cantidad de “seguidores” que año a año se suben a este movimiento.
El sueño de todo buen bebedor es no tener que mover un pie de su casa para disfrutar de un destilado de calidad, y ojalá hecho por sus propias manos e ingenio.