La vida en una cervecería no es nueva en la televisión, pero antes se había hecho en formato documental, con series como The Beer Hunter, del experto en cervezas Michael Jackson, Brew Dogs, de James Watt y Martin Dickie, cerveceros de la escocesa BrewDog o Brew Master, realizada por Sam Calagione, de la cervecera americana Dogfish.
Con Brews Brothers, Netflix incursiona en un mundo con cada vez más presencia y lo hace a través de dos hermanos aparentemente incompatibles, Wilhelm y Adam, interpretados por Alan Aisenberg (Orange is the New Black) y Mike Castle (Clipped) respectivamente, que tendrán que trabajar juntos para, en medio del caos, sacar adelante su cervecería.
Cada uno tiene un punto de vista de cómo debería llevar el negocio. «Wilhelm hace cerveza como alguien que toca la guitarra», comenta a METRÓPOLI Alan Aisenberg, desde su confinamiento en Nueva York.
Su hermano opta por el lado más racional y científico. «Hacen unas locuras increíbles», afirma Alan.
Y como en la vida misma, en la cervecería hay ratos buenos, ratos malos, risas, humor, peleas entre hermanos. Alan vaticina:
Son 3 horas de chistes, cerveza y unas locuras que no te vas a creer que te vas a poder encontrar eso en la televisión.
La producción y supervisión, de los ocho capítulos de la primera temporada, cuenta con los hermanos Schaffer, unos viejos conocidos de la comedia norteamericana.
Jeff y Greg son los creadores de series de éxito como Curb Your Enthusiasm, The League o Aquellos Maravillosos 70, con un jovencísimo Ashton Kurtcher.
La serie se rodó durante dos meses en una auténtica cervecería de Los Ángeles y todos los actores recibieron una semana de formación por parte de auténticos maestros cerveceros.
El actor de origen argentino pero afincado en Estados Unidos comenta:
Yo quería saber todo porque mi personaje no sabía nada y yo quería saber todo para saber lo que él no sabía.
Una vez terminado el rodaje, los cerveceros de Sam Adams le dieron el visto bueno. Rodar en escenarios reales, con cerveza de verdad y con equipos de verdad permite que «a los que les guste la cerveza vean que es auténtico», apunta Alan.
Y sí, toda la cerveza que sale en la serie es cerveza de verdad. Aunque la que toman los actores es sin alcohol.
«Rodábamos 12 horas, si no estaríamos rodando todavía», comenta Alan, que no ha podido disfrutarlas porque 48 horas antes de conseguir el papel le detectaron que era celiaco: «Pasé de tomar mucha cerveza a nada y eso aun me duele».
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